"El aparato represivo no es un monstruo indominable que cada tanto se desmadra o tiene desbordes, que es autónomo y tiene políticas propias y por lo tanto podría ser desmantelado. Todo gobierno que administre un Estado en una sociedad que está dividida en clases, necesariamente tiene que reprimir porque de otra manera no puede ejercerse esa dominación de unos pocos sobre unos muchos. ¿Cómo se logra que un diputado cobre 17.000 pesos por mes por rascarse la oreja mientras un tipo que labura 18 horas por día no llega a cubrir el costo de la canasta familiar? La única forma de garantizar ese estado de cosas es a través de la implementación de una política represiva".
Así resume María del Carmen Verdú, miembro de la Correpi (Coordinadora contra la represión policial e institucional) cómo hacen los K para poder reprimir con mayor dureza y menor visibilidad que muchos otros gobiernos. Unos días antes había sufrido una agresión de la que salió ilesa.
Hoy en nuestro país hay un muerto día por medio por gatillo fácil y la mayor parte de los
autores de estos hechos, así como de las muertes por tortura y las detenciones arbitrarias, son miembros de las fuerzas de seguridad que fueron reclutados y formados en democracia.
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