El caso de los hijos adoptados (¿apropiados?) por Ernestina Herrera de Noble, la dueña del grupo Clarín, ha tenido esta semana otro capítulo que la abrumadora mayoría de los medios de comunicación decidieron callar. La Corte Suprema de Justicia hizo lugar al pedido de Felipe y Marcela Noble, que habían solicitado que sus pruebas de ADN sólo se cruzaran con las de las dos familias querellantes, pero no con el resto del banco genético de Abuelas de Plaza de Mayo. Es decir: si dieran negativo en el cruce, no podría saberse de quién son hijos. Suena a barbaridad.
Además, las muestras no serán tomadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos, tal como suele suceder. Los abogados de Noble pidieron realizarlos en el Cuerpo Médico Forense y así lo confirmó el fallo de la Corte.
Pablo Llonto es el abogado de David Lanuscou, el tío de Matilde, quién vive con su identidad cambiada. Tienen la sospecha de que Matilde podría ser Marcela Noble. Llonto dejó escapar toda su indignación por el fallo de "esta Corte que es un mamarracho", durante el diálogo que podés escuchar más abajo.
Es un caso dónde se mezclan miserias, poder, silencios ensordecedores y hasta la reciente pelea entre el grupo periodístico y el gobierno nacional.
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