La Alameda organizó un escrache para dar a conocer que Kosiuko continúa utilizando mano de obra esclava para confeccionar sus prendas.
Todo surgió cuando el dueño de la marca, Federico Bonomi, le pidió a La Alameda que monitoreara sus talleres. La organización aceptó, pero puso dos condiciones: que el trabajo de fiscalización fuera gratuito y que participaran de ella el titular del Departamento de Migraciones del Arzobispado, Mario Videla y el rabino Damián Karo por la Fundación Judaica.
Mientras se realizaba la investigación, acudieron a la sede de La Alameda Concepción Pilar Pajarito y Oscar Mamani Mamani, dos costureros esclavizados en un taller que trabajaba para la marca. Sus testimonios y las imágenes del taller que consiguieron capturar fueron fundamentales para la causa.
Aquí tenés un audio grabado durante el escrache con el discurso de Gustavo Vera, de la Fundación La Alameda; el testimonio de Concepción y la arenga de Juan, otro integrante de La Alameda. Todo con mucho ruido de fondo.
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