El asesinato de Diego Bonefoi a manos de la policía, y las de Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas en la represión posterior, mostraron la realidad social de Bariloche, que no es muy diferente que la de cualquier otro lugar en el país. Las diferencias sociales son claras y las divisiones de clase se profundizan, al punto de realizarse manifestaciones de respaldo a la policía que asesinó a un chico pobre a sangre fría.
Agustín Crespo es asistente social. Es porteño, pero vive en Bariloche desde 2002. Está indignado. No sólo con los asesinatos sino también con esa parte de la sociedad que también aprieta el gatillo con su apoyo a la policía.
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