lunes, 2 de abril de 2007

Dios no es feliz

Diego Maradona no murió. Esa es la noticia. Otra vez. Habrá que esperar hasta la próxima para poder saciar nuestro deseo de mitificarlo perfectamente. Y él seguirá luchando para reprimir sus impulsos autodestructivos. No quiero referirme aquí a sus cuestiones más personales; no me atrevo a hacerlo, creo que no corresponde. Prefiero, sí, detenerme en el análisis de la actitud social que generan sus tropiezos. Leer más

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