sábado, 24 de marzo de 2007

Colegiales, crónica de una Asamblea Popular

De regreso desde el Festival de Cine, un viernes, a eso de las seis de la tarde, La retaguardia nos tenía preparada una nueva misión: la proyección de un documental. Se podría haber tomado la actividad como un autoengaño para pensar que ya no estábamos en Mar del Plata, o bien realizarla con pocas ganas tras tantos días a puro cine. Pero Colegiales, asamblea popular no sólo nos mostró sus imágenes, sino que nos invitó a viajar hacia un pasado colectivo, reciente, aunque a veces parezca que pasaron veinte años. Gustavo Laskier fue integrante de la Asamblea de Colegiales, pero no uno más. A su participación como tal le agregó su realidad de cineasta, tomando imágenes de toda la historia en común, de principio a fin. Desde el comienzo entusiasta, cuando las calles eran propias, pasando por las dudas y luego entrando en la decadencia que culminó con la atomización de sus integrantes, el documental alegra en la primera parte, pero entristece profundamente sobre el final. La metáfora que sostiene el hilo narrativo es perfecta: la Asamblea, luego de unos meses, dejó las calles para entrar a la casa de uno de sus integrantes, que estaba a punto de ser desalojado. La función entonces era doble: evitar el desalojo e integrar a la Asamblea al barrio desde un espacio físico al que el resto de los vecinos pudieran acudir. La historia no tuvo final feliz: la Asamblea se dispersó, la casa fue desalojada y hoy es un precioso edificio, una bandera plantada para que nos quede bien claro quién ganó la pulseada. El lado flaco del documental quizá sea la ausencia de un mensaje alentador, que tal vez haya que encontrar con cierto esfuerzo. Buena parte de los asambleístas siguen militando hoy desde diversos lugares, por lo que podría entenderse que ese camino en común no ha sido en vano. Que algún día quizá los encuentre juntos otra vez, como aquella noche de viernes, en la sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, cuando se reunieron para ver, llorar y reir juntos, un documental que narra sus propias historias. Laskier fue ovacionado y logró volver a juntarlos, que no es poca cosa. Superó el primer escollo: la mirada de sus propios compañeros. Ahora lo espera el Bafici, en los primeros días de abril. En nuestros audios, una entrevista a Gustavo Laskier.

2 comentarios:

Mariano Abrevaya Dios dijo...

Me encantó el resumen del documental, che. Me pareció que hiciste una síntesis muy sólida, no sólo del trabajo de Gustavo Laskier(¿dónde se puede conseguir el documental?), sino también de aquella experiencia asamblearia de la que todos, y todas, en mayor o menor medida, participamos.

La Retaguardia dijo...

Hola Matu: gracias por visitarnos y dejar tu comentario.
En realidad lo que es bueno es el documental. Todo lo que se registra en el momento es muy valioso, sobre todo tratándose de un tiempo tan especial, que muchos han olvidado; ese registro, participando a la vez de la Asamblea, es la base sólida de la peli. Si nuestra síntesis refleja eso es porque Eugenia fue parte vital de ese proceso en su barrio. La retaguardia es, fundamentalmente, un proyecto diecinueveyventista.
Le enviamos tu mensaje a Gustavo Laskier, el realizador, para que te cuente cómo conseguir el documental.

Gracias por pasar. Lo más importante será que vuelvas.
Fernando