En su lucha persistente por desocultar las modernas formas de esclavitud, la gente de la Cooperativa La Alameda se topa con algunos contratiempos. Tras haber puesto en cartelera la situación en los talleres clandestinos de costura, vienen trabajando con el tema de la trata de mujeres -muchas de ellas menores- para obligarlas a prostituirse. En ese camino realizaron varios escraches a puteríos disfrazados de bares, pero que el mundo entero sabe qué son y para qué.
No por casualidad, sufrieron un ataque a una de las sedes de Parque Avellaneda.
El relato de Gustavo Vera, con quien siempre vamos más allá, mucho más profundo.
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