Se puede abordar el tema de la prostitución de dos maneras: con o sin careta. En general, suele elegirse la primera opción y la máscara que más sale viene con cara de nada; nosotros estamos eligiendo la segunda, lo que también implica hacerse cargo. La prostitución cruza, de alguna u otra manera, la vida de la mayor parte de los hombres.
En la primera de una serie de notas que iremos proponiendo sobre el tema, buscamos a Jorgelina Sosa, que integra la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), el sindicato -en rigor, aún no reconocido como tal por el Ministerio de Trabajo- que nuclea a las prostitutas.
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