La semana pasada el gobierno de Mauricio Macri intentó deshacerse del juez Roberto Gallardo. Nada nuevo: Aníbal Ibarra también lo tenía acá (índice y pulgar pellizcando la glotis).
La Cámara falló a favor de Gallardo, titular del Juzgado en lo contencioso y administrativo N°2, ante el pedido de recusación que interpuso el macrismo y que había derivado en que le quitaran todas las causas relacionadas con el gobierno de la ciudad. O sea, más del noventa por ciento de las que pasan por su juzgado.
Hablamos con Gallardo, un juez que se declara marxista y que tiene colgados en las paredes de su despacho retratos de Alfredo Palacios, Salvador Allende y el Ché, además de varios crucifijos que no dejan dudas acerca de su modo de pensar: es cristiano y de izquierda.
Sobre el final de la charla se declaró en contra del aborto en lo personal, pero abierto a la discusión en lo social.
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