Millones de personas en todo el mundo violan diariamente el copyright, subiendo y bajando de la web textos, canciones, imágenes. Lo hacen por el placer, el disfrute o la necesidad de ver, escuchar y aprender, sin preguntarse por los derechos de autor.
Las corporaciones, levantando las banderas de la propiedad intelectual, o sea para perpetuar su propia avaricia, nos quieren hacer creer que ese intercambio de cultura es un acto delictivo.
Tal es el caso del profesor de filosofía Horacio Potel, que está siendo procesado criminalmente por haber creado dos sitios de internet donde se podían descargar gratuitamente las obras de Jacques Derrida y Martin Heidegger.
Afortunadamente, Friedrich Nietzsche se murió en el año 1900, superando los 70 años establecidos por ley para la conservación de los derechos de autor, lo que nos permite todavía disfrutar del tercer sitio de Potel, www.nietzscheana.com.ar.
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