jueves, 12 de mayo de 2011

II Congreso Nacional del Interior contra la Trata y el Tráfico de personas
Crónica I

Comenzó esta mañana el II Congreso Nacional del Interior contra la Trata y el Tráfico de personas. Alicia Peresutti, una de las organizadores de la ong Vínculos en Red, dio comienzo al congreso. La primera expositora es Mercedes Assoratti.

Uno de los ejes de su intervención es el fracaso del Estado en materia de trata de personas en nuestro país. Muestra su preocupación ante la corrupción de los funcionarios, especialmente de la división trata de personas, que están denunciados penalmente.
Recordó los logros del Congreso pasado: que ambas cámaras (diputados y senadores) hayan tomado la modificación de la ley. Sobre estas modificaciones propuestas, se refiere al consentimiento, que no debe ser causal de eximición, porque nadie puede renunciar a sus derechos humanos: “seguimos aferrados al protocolo de Palermo, que está pensado para perseguir al crimen organizado, no para proteger los derechos humanos de las victimas”, aseveró.
Assorati aseguró que deberíamos volver a la definición de esclavitud, de la que dice: "la esclavitud convierte a la persona en una cosa: puedo venderla, canjearla, pegarle, alquilarla, torturarla, matarla, porque es mi posesión".
Sobre la falencias de la ley, dice que se hace muy difícil probar la captación, el engaño, y que como el art 140 habla de someter hay que probar la coacción. La situación de vulnerabilidad no estaba contemplada.
“Todavía no hemos logrado una buena tipificación penal de la trata. Tenemos que tipificar la esclavitud, tenemos en Argentina formas legales de esclavitud: servidumbre por deudas, servidumbre de la gleba (trabajar una tierra que no es propia), tenemos que volver a las fuentes: tomar la Cedaw, la Convención sobre los derechos del niño, la Convención del año 49 para que no se hagan estas divisiones artificiales (el reclutamiento, la captación de la explotación).
Sobre la realidad jurídica de hoy, indicó: “los grandes tratantes quedan libres, podemos poner presos a los perejiles”. Refiriéndose a las penas, aclaró que “la mínima continúa siendo de tres años”.
Parafraseando a Mario Ganora, recordó que el abigeato en nuestro país tiene una pena mayor que la trata de personas: “es más grave robarse una vaca que una mujer”. Enfáticamente, aseveró que la trata de personas es un delito de lesa humanidad, por lo tanto, las penas tienen que ser las más graves. Muestra su preocupación por el avance del crimen organizado en Argentina, advierte la íntima relación entre la droga y la trata, señalando que los prostíbulos son locales de venta minorista de droga bajo protección policial. Propuso trabajar más sobre el decomiso de bienes y el lavado de dinero, para lo que hay que modificar el código procesal penal.
En cuanto a la asistencia a las víctimas, dijo que la Oficina de rescate tiene a las chicas 4 dias y después las deja sin ayuda del Estado, que está obligado a garantizar la no repetición de la situación de trata, señalando que muchas de las víctimas son asesinadas o vueltas a captar por las redes: "el año pasado decidimos pagar a un tratante la deuda para que deje de amenazar a la víctima”, contó con preocupación por la ausencia del Estado. Por útimo señaló: “nuestro programa de asistencia jurídica es un fracaso”. A pesar de la decisión de continuar denunciando, sostuvo que en la actualidad piensan trabajar más en asistir a las víctimas para que puedan continuar su vida y destacó la falta de estadísticas: "la única que existe es la de la Oficina de rescate y acompañamiento, que está sospechada y trabaja junto con la División Trata de la Federal, también denunciada penalmente".>BR>Assorati espera que “el año que viene, cuando nos reunamos en el próximo congreso, tengamos la primera estadística no oficial de los casos en los que hemos intervenido”.
También propuso presentar la declaración de este congreso a la próxima asamblea general de la OEA y pedir un relator especial de trata para la Argentina.


Assorati-Ganora-Vera

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