El Dr. Mario Ganora, de la Fundación La Alameda y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, aportó claridad no sólo desde lo jurídico, sino que recurrió incluso a los filósofos John Locke y Emmanuel Kant.
Comenzó diciendo que "la ley no funciona como una máquina, necesita la convicción de las personas, si no existe el consenso, la formalidad de la ley no sirve para cambiar las costumbres".
"El obstáculo fundamental es una filosofía política arraigada en la Argentina que no logramos desarraigar", aseveró.
Comenzando con las citas, agregó que "Montesquieu dijo que el principio que sostiene a la república es la virtud, la república descansa en la voluntad del cuerpo político en su conjunto y quien hace la ley es el mismo que soporta el peso de la ley, entonces cuando la ley no se cumple en una república la culpa es de nosotros mismos".
También recurrió a la historia al decir que "el patriarcado sirvió para ordenar los despotismos: así como el padre de la familia maneja la familia, la mujer, los esclavos, los hijos, de la misma manera lo hace la monarquía".
Ya tomando la filosofía, Ganora resaltó que "John Locke argumenta desde el punto de vista filosófico político impugnando la idea de que la mujer es inferior; Immanuel Kant dice que no es admisible un régimen paternalista, debemos reemplazarlo por un régimen fraternal, sustituirlo por la hermandad". Retomando la idea kantiana, habló de "actitudes de amor hacia la humanidad, de rechazar la misantropía (alegrarse frente al sufrimiento); es inadmisible también el egoísmo, el temor y la retirada de la lucha política".
Aseveró que "el racismo, el sexismo son formas de misantropía que encontramos en funcionarios que hacen chistes de mal gusto cuando se les plantean situaciones de trata como el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires", dijo, sin nombrar a Horacio Rodríguez Larreta.
Abordando lo jurídico, sostuvo que "se suele hablar de prácticas ancestrales y que no está en nuestras manos cambiarlas, pero las sociedades cambian y cambian para mejor". Alentó la participación cuando sostuvo que "no podemos ser temerosos ni egoístas, esta situación nos convoca y nos compromete".
También se refirió a la distorsión por parte de nuestros tribunales que, torcidamente, invocan la Constitución para negarla: si yo me vendo como esclavo estoy violando la libertad universal representada en mí y no puedo renunciar a mis derechos humanos porque las personas no pueden venderse a si mismas, es una conducta antijurídica, tengo el derecho de impedirla", al tiempo que advirtió que, "si no estamos dispuestos a dar esta batalla la victoria va a ser del adversario". Se refirió a loa jueces y fiscales cómplices: “si el juez tiene miedo no puede seguir siendo juez, si el fiscal no va a llevar hasta las últimas consecuencias que renuncie” y denunció que "hubo una decisión de no investigar los prostíbulos existentes en la ciudad de Buenos Aires".
Acerca de la actuación de la justicia también agregó que "hoy en Argentina es difícil conseguir una orden de allanamiento para ingresar a un lugar donde se explotan personas" y resaltó "la influencia de los organismos internacionales: la relatora de la ONU hace un informe lapidario, que le costó la amenaza a una de las panelistas (Assorati) por el jefe de gabinete (Aníbal Fernández), es una trampa totalitaria que se nos acuse de hablar mal del país. También recordó la intimación de la Gafi (Grupo de acción financiera internacional) para encarar la lucha contra el lavado de dinero: “si no seguimos la ruta del dinero nuestro proyecto no tendrá futuro”.
Cerró pidiendo a "este congreso que profundicemos las cosas que hicimos, porque no fallamos nosotros sino aquellos a los que les requerimos su intervención”.
Para cerrar la mesa del comienzo, intervino Gustavo Vera, de la Fundación La Alameda. Comenzó destacando que, en nuestro país, la trata para explotación laboral es mucho más masiva que la trata con fines de explotación laboral. Mostró el panorama de la trata y el tráfico en números: "el 78% de la indumentaria en la Argentina se produce en talleres clandestinos, en la provincia de Córdoba el índice alcanza el 90%; el 60% del trabajo en el campo es trabajo esclavo sin ningún derecho legal o gremial, con el agravante de que las víctimas tienen que vivir y pernoctar en el mismo lugar".
Se refirió a la relación directa entre vulnerabilidad, clientelismo y trata de personas: “los mismos punteros son los que venden a las personas”. También advirtió que “sería un error pensar que es un partido político, ya que es una mafia que atraviesa transversalmente la clase política y los gobiernos de diferente signo ideológico, la mafia esta copando la parada hace mucho tiempo, hoy están la efedrina, los prostíbulos, el narcotráfico, todos estos negocios que se articulan y se lavan a través de sociedades off shore: lavan la plata de la sangre de las mujeres que esclavizan”.
Acerca de los allanamientos por trabajo esclavo que se realizaron en los últimos meses, sobre todo en el campo, sostuvo que "una de las cuestiones clave de la reforma de ley de trata es incautar los bienes" y recordó el histórico fallo del juez Torres en el 2007, que incautó máquinas, las entregó al INTI y hoy es una experiencia exitosa (el Polo textil)" y citó el caso de Italia, donde "es costumbre incautar bienes de la mafia y utilizarlos socialmente, ¿qué están protegiendo?, ¿por qué no quieren incautar?, si no vamos a incautar los bienes, es chamuyo, no quieren ir por el lavado, ni por la ruta del dinero y por eso la relatora de Naciones Unidas les saco la tarjeta roja”. Allí acusó al Jefe de Gabinete: “Anibal fernandez es uno de los responsables de lo que pasa en la argentina con la trata de personas”. "Acá vamos por la libertad y la dignidad caiga quien caiga y no vamos a esperar ser Mèxico, no vamos a esperar ser Colombia; vivir con libertad dignidad sin mafias", concluyó ante los aplausos de los 1000 asistentes.
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