Sara Torres, de la Red no a la trata y la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas (CATWLAC), no es optimista: “el negocio del sexo está triunfando en todas partes, en Argentina, en Latinoamérica, y en el mundo”. Con respecto al Protocolo de Palermo, dijo que es un fracaso como herramienta legal para combatir el delito de trata, que fue preparado para imponer el esquema del modelo holandés que caracteriza a la prostitución como trabajo sexual e impulsa la legalización de los prostíbulos; y para neutralizar el convenio de la ONU de 1949 para la represión de la trata y la explotación de la prostitución ajena.
Sara advirtió que la embajada de Holanda en Buenos Aires subvencionó la creación de AMMAR nacional y de la red TRASEX (Ttrabajadoras latinoamericanas del sexo), que más tarde fueron sostenidas económicamente por Ongs y fundaciones europeas que promueven el modelo holandés, en base a donaciones anónimas.
Puntualizó que durante las negociaciones de los años 1999 y 2000 de la Convención de Palermo la CATW internacional, organización a la que pertenece, advertía que el consentimiento dificultaría el castigo a los delincuentes y ocasionaría un aumento del delito: “desde 2006 estamos en Argentina alertando infructuosamente al Ejecutivo y al Legislativo; el tiempo nos dio la razón, pues desde el año pasado se está intentando volver atrás en el tema consentimiento”. Sara relató que, en esa oportunidad, la postura pro trabajo sexual de EE.UU. se impuso logrando quitar el concepto de prostitución forzada para "no descarrilar el futuro tratado" por la presencia de países como Holanda y Turquía, que habían regulado la prostitución.
Torres se preocupa por la desaparición del concepto de compra-venta de seres humanos al hablar de trata: "trata es reclutar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas para ser explotadas; nada más”. También señaló la adulteración del concepto de explotación a partir de definir que el objetivo del tratante es explotar a la victima para el beneficio del tratante y el peligro de fusionar dos delitos: trata y explotación, que deberían sumarse.
Contundente, dijo que el protocolo de Palermo es exitoso, no en ayudar a las vÍctimas, ni en combatir el delito, sino en promover mundialmente la explotación humana y asegurar la impunidad de los rufianes, proxenetas y explotadores del trabajo esclavo y de sus cómplices estatales.
2 comentarios:
buenos su espacio online es muy trabajado,esto es la tercera vez que vi tu pagina, buen espacio!
Adios
No sabemos si estará bien trabajado, pero que está muuuy trabajado, nadie lo puede discutir, jaja.
Gracias por el comentario Adios.
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