En medio de la confusión que se generó a partir de las denuncias contra el Juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, quisiéramos volver a pensar en que lo más importante es terminar con el proxenetismo y proteger a las víctimas de explotación sexual.
El periodismo cirujano (el que se dedica más a operar que a informar), seguirá recordándonos la conexión de Bergoglio con Gustavo Vera, que Zaffaroni juró durante una dictadura, o buscando algún punto oscuro en el pasado de los militantes de la Alameda, o del Juez, según de qué medio se trate.
No sabemos si Zaffaroni conocía lo que sucedía, si está protegiendo a alguien de su entorno o si fue engañado en su buena fe, eso es lo que debe determinar la justicia. Nos interesa saber qué pasa con las víctimas y que el Estado garantice que no sigan siendo explotadas.
Nos resulta incómoda la denuncia, pero queremos ser coherentes con lo que pensamos:
no nos cabe la difamación como herramienta política, no cambiamos de opinión según convenga, pero no vamos a hacer silencio para no involucrar a alguien a quien respetamos por su trayectoria.
Charlamos con Gustavo Vera, presidente de la Fundación La Alameda, para regresar al principio, a como surgió la denuncia. Para intentar analizar los hechos sin esconder datos ni inventar o tergiversar otros; eso, ya de por sí, resulta en el periodismo de hoy un ejercicio poco frecuente.
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