domingo, 9 de octubre de 2011

Encuentro de Mujeres, 26 años después

Hace algunos meses, las noticias en los diarios anunciaban que Bariloche enfrentaría una invasión de ratas justo para esta época. Sucede que el Colihue da un fruto que sólo florece cada 40 años. Ese fruto atrae a los roedores. Mientras unos dicen que les ocasiona la muerte; otros anuncian que los colilargos comen los frutos y, cuando se queden sin alimento, irán a la ciudad.
Como todavía no nos cruzamos con ningún roedor, no descartamos que se tratara de una descripción machista del fenómeno del Encuentro Nacional de Mujeres, que este año es el número 26 y tiene sede en esta ciudad turística de Río Negro.
Miles de mujeres viajamos a Bariloche desde diversos puntos del país para participar del encuentro. Nos recibió un cartel que decía: “XXVI Encuentro de Mujeres; Bienvenidos”. Un oportuno aerosol había reemplazado la O por una A.
El acto de apertura se realizó en el Velódromo Municipal pasado el mediodía. Varios contingentes no habían llegado todavía, pero no importó. Nos apuramos a particiar de los muchos talleres organizados, y de las actividades programadas. Caminamos por la ciudad para ir a uno u otro espacio y nos saludamos fraternalmente. La vivencia es de hermandad.
Los encuentros nacionales siempre generaron importantes resistencias, desde que comenzaron en Buenos Aires en el año 86. En esa primera ocasión concurrieron mil mujeres.
Marta Migueles, de aquella comisión organizadora inicial, nos contó que el primer encuentro superó las expectativas, y que no tenían idea de qué podían significar: “ni nosotras ni las mujeres que participaron, sospechábamos que iba a suceder con estos encuentros”. Reflexionando sobre el motor de aquella decisión, señaló como importante: “la necesidad de que las mujeres hablemos de nosotras desde nosotras y priorizando nuestras problemáticas, no las de los hijos o las de los compañeros, como sucede habitualmente”.
Con respecto al proceso de todos estos años, nos dijo: “en el primer encuentro había más mujeres con participación en estratos ya políticos, hoy hay más gente joven, más amas de casa, estudiantes y mujeres que se transforman profundamente a partir de esto” y, considerando los intereses que despierta un movimiento tan significativo nos dijo: “siempre hubo sectores que quisieron apropiarse de los encuentros, pero las mujeres seguimos defendiendo que ninguno pueda hacerlo”.
Cuando le agradecimos la entrevista, y el haber sido parte de áquel momento inicial que 26 años más tarde celebramos, Marta fue contundente: “el agradecimiento se lo doy yo a cada una de las mujeres que siguen participando”.



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