miércoles, 10 de enero de 2007

Nélida Caseri denuncia el secuestro y tortura de su hijo Darío Bustos

Nélida Caseri fue militante en los setenta. Sabe muy bien de qué habla cuando cuenta que a su hijo, Héctor Darío Bustos, lo secuestraron y torturaron como en aquella época. El 14 de diciembre lo chuparon, como Darío escuchó decir a uno de sus captores a través de un teléfono móvil, apenas lo abordaron. Sus familiares cuentan que cuando fueron a la comisaría para radicar la denuncia, les dijeron que estaba detenido y que al día siguiente se lo negaron aduciendo un error. Desde ese día, Bustos permaneció desaparecido hasta la madrugada del domingo 24. Nélida detalla las torturas a las que fue sometido su hijo: “le dieron largas sesiones de picana en los genitales. Le metieron un objeto vía anal que lo hacía defecar y después se lo hacían chupar. Lo colgaban reiteradamente en simulacros de ahorcamiento. Tiene 40 quemaduras en la zona genital”. Asegura que durante los interrogatorios le pedían que "confesara quiénes eran los investigadores de Abuelas de Plaza de Mayo que colaboran en la búsqueda de recuperación de nietos y además le preguntaban qué informaciones llevaba a Casa de Gobierno y a quién se las daba, ya que mi hijo, por ser kirchnerista, frecuentaba periodicamente la Secretaría General de la Nación. Y querían nombres de otras personas de Venado Tuerto que estuvieran colaborando con él en la investigación". Caseri liga el secuestro a las denuncias que Bustos había realizado el 24 de noviembre contra Juan Vidal, Secretario de gobierno de Venado Tuerto y ex intendente de Villa Cañás durante la dictadura, por su supuesta participación en la represión ilegal en el proceso militar. El intendente de Venado Tuerto, Roberto Scott, había dicho luego de la aparición de Bustos que las heridas no eran tan graves y que se trataba de una venganza familiar. La causa se instruyó inicialmente como averiguación de paradero, pero ahora el expediente está caratulado como privación ilegítima de la libertad con tortura. Caseri intuye que a su hijo lo liberaron por la presión de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación: “cuando lo soltaron, le dijeron ‘zurdito hijo de puta, te salvaste porque la mano vino pesada’”.
Para escuchar la entrevista completa entrá a nuestros audios.

2 comentarios:

Daniel Bello dijo...

nas!!...bueno primero para saludar y avisarles, después que ya dejé de participar en Refugio de Monos. Pero no son todas malas, en breve espero poder arrancar con un nuevo proyecto. Los tendré informados y espero seguir disfrutando de sus escritos.
Por ahora me pueden encontrar en http://el-resto.blogspot.com/

Abrazos y nos leemos.

Y sí...definitivamente Catriel está loco.

Anónimo dijo...

Pensé que iba a comentar y decir que el tema limpio, ¿lo hacen por ti mismo? Es realmente impresionante!