"Conozco la problemática, yo quiero la solucionática", dijo Marcelina Antúnez, de la Asociación Civil Luz de Infancia, que trabaja en la Triple Frontera con víctimas de Trata.
El relato de Marcelina reflejó con crudeza la realidad de su provincia. Reflexionó sobre la dificultad de creer lo que sucede, y cómo sucede, pero aseguró que ocurre por la connivencia de altos niveles del poder político.
“Las empresas de colectivos llegan a Retiro repletas de chicas listas para trabajar en los ´amoblados vip´ de la Costa Atlántica, eso es lo que proveen Misiones y Paraguay”, sentenció.
En cuanto al trabajo con las víctimas, contó que "me tocó lidiar desde el año 2004 con las chicas rescatadas a las que les ponen una estampilla en la cola y le dicen `volvete a tu casa`; no está capacitada, no está preparada, y muchas veces su familia la desprecia porque fue incapaz de enviarles dinero trabajando en la ciudad y encima la mayoría vuelven embarazadas”.
Marcelina trabajó capacitando y acompañando a esas niñas y mujeres en un programa piloto del Ministerio de Trabajo que sólo duró un año, y Luz de Infancia, la asociación civil a la que ella pertenece, tuvo que tomar en sus manos el problema después de ese cierre.
El año pasado capacitaron a 25 víctimas de trata, este año el número se duplicó.
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