viernes, 13 de mayo de 2011

Gustavo Vera: “en La Alameda locura es lo que sobra”

“No entendía qué atracción turística traía 4000 bolivianos por fin de semana al Parque Avellaneda”. Gustavo ironiza recordando los comienzos de la organización, cuando eran una Asamblea Barrial (la 20 de diciembre), y tomaron la vieja esquina abandonada de Lacarra y Directorio.


Pasarían dos años hasta que Vera y los militantes de la organización pudieran entender que esos compañeros, a los que en la semana no veían, trabajaban en talleres clandestinos. Iban a la olla popular de la asamblea, pero necesitaron tiempo y confianza para contar lo que les pasaba: “así nos enteramos de que muchos de ellos trabajaban para Lacar, Montagne, Rusty, Ona Saez y que a diez cuadras de La Alameda estaba el taller que trabajaba para Graciela Naum, la diseñadora de la princesa de Holanda, que tuvo que enviar una carta para despegarse de la situación”.
Empezaron a investigar: había un montón de talleres clandestinos. Así llegaron a la Triple Frontera, a Villazón y Yacuiba: “por el mismo pasillo que pasaban los costureros, pasaban mulas que llevaban droga, chicas para la prostitución y trabajadores para el campo”.
Vehemente y apresurado, Vera hace un relato del proceso de trabajo de todos estos años, hasta llegar a la formación de la cooperativa compuesta por trabajadores que han sido víctimas de trata y la creación de No Chains, la marca tailandesa-argentina que impulsaron en los últimos tiempos.
Sobre el final, reconoce la fuerza que le dan algunos compañeros, como José Luis Ychuta, que logró salir de la esclavitud y hoy es delegado de Spring por la UTC (Unión de trabajadores costureros) y Oscar Taboada, que sigue adelante con las denuncias contra la avícola Nuestra Huella, a pesar de aprietes y extorsiones.

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